- Estos no son territorios desconocidos y habitados, son lisa y llanamente los espectros que dejan sepultados la lava de un volcán. El prodigio reside en la habilidad del peruano ASMAT para hacerlos sobresalir al lamento de su llamada.
- El color y las tonalidades se comportan como corrientes de luz tamizadas y poéticas para que el temblor de su aparición no les asuste ni a ellos mismos. Fueron y existieron pero ya no son los mismos, ahora vuelven a renacer con otros fines, con otra naturaleza, sin perder un halo persistente del arte.
- Tampoco tienen esa piel que es la instancia limítrofe entre cuerpo y biografía. No lo necesitan, guardan los signos del secreto entre esas pinceladas tenues que están a su servicio con la dimensión más fervorosa.
Sangre que busca por mil caminos muertes enharinadas y ceniza de nardo,
cierlos yertos, en declive, donde las colonias de planetas
rueden por playas, con los objetos abandonados.
(Federico García Lorca)
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