- Lo malo de una guerra es que los muertos no se entierran uno a uno, ni siquiera se identifican, sino que son fruto de un trágico azar, de una ignominia dantesca, que el argentino PRUDENTE, partícipe en la suya, lleva a cabo en una superficie tensa, oscura, donde de se adivina el fragor de la lucha, el horror estetizado, que todavía alcanza, por si faltara, una mayor significación.
- Sus obras, en fondos vitrales o en tinieblas cegadas para los auxilios, encuentran la manera de transmitirnos esas debacles contrastadas con la insuficiencia de lo escrito y de lo sagrado. No cabe una plástica tan herida como la suya, aunque la fraccione o la densifique, aunque la desmenuce o, al contrario, la condense.
Todo lo moderno de nuestra vida lo debemos a los griegos. Todo lo anacrónico proviene del medievalismo.
(Oscar Wilde)