- La italiana RAMA, que acaba de fallecer, tuvo claro durante toda su vida, que la única forma de ser y conseguir un reconocimiento era el rebelarse contra los papeles tradicionales, modernos y contemporáneos que los de siempre le tenían reservado.
- Su obra, a duras penas considerada, la convirtió en una imaginería explícita de acusación, transgresión y demolición, hasta el logro de un feísmo plástico, escatológico y sardónico, que representaba a la figura femenina como tragedia y provocación, confinada y aun erecta, viva y superviviente aunque fuese mutilada.
- Toda su concepción formal, tan bien configurada, marca esa línea de desencanto y opresión, incluso la enardece, la exhibe como un mazazo dado a la mirada, como un simulacro de perversión beatificado y con razón arrogante.
Los límites se
ahogan en sus límites y nadie les da un pañuelo para que
lloren de una buena vez.
(Juan Gelman)