- El amaricano SONNIER es otro Dan Flavin pero con más recorrido en curvas y entrelazados. La iluminación le sirve para atraer y vestir hilos venosos que hacen del artilugio un objeto de significado envenenado por el caudal de asociaciones que comporta.
- Bien es verdad que es su lenguaje de signos visuales que buscan dinamizar y configurar microcosmos en los que hay sexo, lucha, retórica, fluidos y la sincronías de luz, neón y luces fluorescentes. El efecto puede quedarse en eso o invitar a un baile de discoteca.
- Evidentemente, el hallazgo no es ya la aventura de un pionero, sino la continuación de un seguidor que formula otra hipótesis sobre el espacio y la visión, sobre lo que se supone que es una atadura de la mirada respecto a la fusión de elementos enamorados de sí mismos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su pulso encuentran su vacío.
(Federico García Lorca)