Un paseo por la obra de grandes artistas.

domingo, 6 de marzo de 2016

ADLANE SAMET (1989) / DISPARO RÁPIDO


  •  Pintura con el encanto desenfadado de la inmediatez, de la ocurrencia oportuna, infantil y de rasgos espontáneos, que entraña un significado militante y reivindicativo, locuaz e informe.   


  •  El argelino SAMET es como el personaje metafórico de la anécdota de la Casa de Mendoza, que como se consideraba dueña del valle de Liébana -mentira cochina-, comunicó la propuesta de casamiento de una de sus herederas, al Real Valle -que así se denominaba-, a lo que éste les contestó que podía hacerlo con quien gustara, por no hallarse en esta villa sujeto alguno que solicite semejante empleo. Hoy, con la crisis, seguramente sería otra la respuesta, incluso del propio autor.     


  •  Lo cierto es que el artista juega con lo representado con un sentido paródico, enhebra cada pieza con lo deforme y jocoso, amasando un bestiario amable pero inmisericorde, sazonado e insalubre.  

Todos los rostros estaban cerrados. Bajo la
piel estirada y sin defectos, el fruto amargo del
cráneo maduraba su mueca capital.
(Paul Eluard)