- Uno los ve y las dudas pasan a ser otras dudas. Sensaciones que aparecen ante ellas que no las recuerdo. Aunque le llega de pronto el presentimiento de que el horror es más que tangible y un don que no se despega.
- Los rostros del norteamericano NESTOR semejan ser simulacros y artificios, incluso la predisposición a una catarsis y desapropiación de lo que era el engañoso espíritu de la belleza. ¿Estas facciones son el nuevo símbolo que ha mutado desde lo precedente?
- Bien es cierto que esta degradación plástica consigue el efecto de fulminar nuestra mirada, asquearnos hasta de ella por no saber evitar el encuentro cara a cara, rasgo a rasgo. Tememos estas imágenes porque se rebelan para constituir códigos malditos que aborrecemos.
- Son cánceres y abscesos, estigmas y putrefacciones que recalan en lo que fue históricamente el ideal de lo hermoso, radiante y agraciado. Ahora, ante estas obras, hemos de calibrar con otros ojos y otras emociones. Su significado nos aguarda en la búsqueda de sentir lo que existe dentro de ellas.
Dios es el nombre de la sed, el sino
y la querencia de esta soledad
en que ambos consistimos.
(Juan Vicente Piqueras)
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