- MEZA, otro gran muralista y pintor mexicano, cuya obra, según la concepción de Torres-García, está integrada por tres órdenes: la que va a la mente; la que va al alma y la que a la va a la sensibilidad.
- Siempre esas grandes figuras, esos símbolos sufrientes de un pueblo con el sudario a cuestas, entre el mestizaje y la advocación hacia unas deidades que se han olvidado de él. No cabe duda que esta corriente es un auténtico reflejo de un encuentro entre los desheredados y su antigua cultura reivindicada por ellos como absolutamente suya.
- Los muralistas mexicanos únicamente han pretendido retomar lo más esencial de su historia y cultura, agrandándolo hasta que fuese imposible olvidar su prontuario y se situase como referencia eterna de la mirada, que se quede prendada en sus señas de identidad de proyección universal.
Fuiste débil y ahora te queda el llanto
para ganar tiempo y medallas, para buscar
como un cobarde el lugar donde alaben la derrota.
(José Ramón Ripoll)
No hay comentarios:
Publicar un comentario