- Cuenca es un lugar de peregrinación plástica, un fenómeno extraordinario en el arte español del siglo XX gracias al encuentro de Fernando Zóbel, Torner y Rueda. Allí se incubaron las grandes y pioneras experiencias que serían un paradigma formal e imaginativo de las oleadas estéticas que vendrían después.
- En ese territorio el conquense MOYA, desgraciadamente ya desaparecido, desarrollaría una creación en la forma de un proceso de secuencias únicas -aunque en la época tuviese antecedentes y simultáneos-, cuya gravitación geométrica, figurativa, cromática, configura un universo confinado de espíritus imperecederos, que sólo quieren estar solos y devorarse entre ellos.
- M. Yourcenar supuso que reconoceríamos sobradamente ese mundo encerrado pero infinito, en el que pululan minúsculos y obsesivos fantasmas: descubrimos en él el cerebro del hombre. Ahora que he podido acceder a la obra de este artista tengo claro que esa pintura entraña un caudaloso refugio de significados, una mística en la que se detecta una clara preocupación por la muerte, ironía y azar. El diez por ciento de esperanza de la que hablaba Rothko ya se ha ido, y además sin despedirse.
La muerte no interpreta sus textos, no lee lo que se va a llevar.
(Juan Gelman)
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