- El extremeño FRANCISCO DE PÁJARO no sé si estaría de acuerdo con las palabras de Heidegger respecto a que "él viene iluminándose al lenguaje, está siempre en camino hacia él. Porque todo está únicamente en que la verdad del ser llegue al lenguaje y en que el pensar llegue a él".
- Con quien sí estará de acuerdo es con Baudelaire, que adelantándose a su tiempo y entroncado con lo que hoy es contemporáneo, se refería al poeta moderno como aquel que "era como un basurero que sale a la busca de todo lo que la ciudad desecha y pisotea, sean rimas o detritus, que, en sus manos, se convierten en un botín".
- Por tanto, esa declaración suya del arte como basura y grito hacia la estupidez humana, no deja de revelar paradójicamente más que lo que decía Grombich en relación a que el arte es lo que hacen los artistas, y en ese aspecto, dada su autoría de estas creaciones callejeras, no va a renegar de su condición de artista. Porque la diferencia entre un pintor, escultor, etc., y un artista, es que el primero conoce su oficio, pero el segundo, además de conocerlo, lo aplica y crea.
En la mano que disparó al enemigo hay restos de maldad.
¿Con qué bondad se mata a la injusticia? El pájaro que come
flores mancha actos del tiempo / el mar no acepta amor que
mal termina. El espíritu económica es carne de esclavitud
violenta. Viola el paisaje que le fue rey de niño. Morirá sin
honor cuando Beowulf vuelva a blandir su espada contra los
fuegos venenosos / las primaveras malparidas / nadie en la sala
de los nombres.
(Juan Gelman)
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